
La construcción de un paseo ciclista en zona marítimo terrestre en la Reserva Marina Tres Palmas, en Rincón, mantiene preocupados a científicos marinos ante los potenciales impactos del proyecto a corales en peligro de extinción y, por ende, a los servicios que brindan.
Acropora palmata, más conocido como el coral cuerno de alce, puede alcanzar hasta 6 pies de altura y 12 de diámetro, formando densos arrecifes que ofrecen hábitat a una gran diversidad de organismos marinos. Debido a la drástica disminución de sus poblaciones, esta y otras cinco especies fueron catalogadas en peligro de extinción bajo la Ley federal de Especies en Peligro de Extinción.
Precisamente, una de las poblaciones más importantes del coral cuerno de alce en Puerto Rico se encuentra en Tres Palmas, hábitat también de las otras especies de coral protegidas. La reserva marina fue designada en 2004, mediante la Ley 17, tras un esfuerzo comunitario para proteger el litoral, y se localiza en la zona propuesta para el paseo ciclista planificado por la Autoridad de Carreteras y Transportación (ACT).
El ciudadano científico Raúl “Pichón” Ortiz visitó la reserva en 2021, cuando aún era un “jardín bajo el agua”. En visitas posteriores, el también fotógrafo documentó el blanqueamiento y muerte de estos organismos que, en condiciones saludables, pueden alcanzar a vivir cientos de años.
En esa línea, la doctora Chelsea Harms-Tuohy, directora ejecutiva de Isla Mar, destacó que Tres Palmas tenía una de las mayores coberturas de coral en Puerto Rico, que se ha reducido significativamente por enfermedades y altas temperaturas del agua que provocaron eventos de blanqueamiento en 2023 y 2024.
“Un estrés adicional para los corales”, coincidieron los científicos entrevistados, refiriéndose al potencial impacto que tendría la construcción del paseo ciclista sobre los corales sobrevivientes y los que se “sembrarán” como parte de los esfuerzos de restauración.
“Un problema es que removería una gran cantidad de vegetación costera”, dijo, por su parte, la doctora Stacey Williams, directora científica del Institute for Socio-Ecological Research (ISER). Esta remoción, explicó, desestabiliza el terreno y, al llover, los sedimentos son arrastrados hacia el mar, sofocando los corales y bloqueando la luz que necesitan para sobrevivir.
Otro posible estrés, según los expertos, es la construcción de una estructura artificial tan cerca del mar, que afectaría la dinámica natural de la playa y la hidrología costera. “Esta costa es bien dinámica, hay temporadas donde puede haber olas de 30 pies y otras de aguas muy tranquilas”, describió Williams, quien añadió que la estructura pudiera causar erosión en unas áreas y depositar arena en otras donde naturalmente no ocurriría.
Harms-Tuohy abundó que la estructura actuaría como una barrera en el flujo natural del agua de lluvia y que los químicos de los materiales de construcción, como el asfalto, podrían filtrarse hacia la reserva.
“Si (los corales) mueren, el servicio de proteger la costa (del oleaje) no estará ahí”, advirtió Williams. Esta pérdida también puede alterar la dinámica de las olas, afectando actividades como el surf, fundamentales para el turismo y la economía de Rincón.
¿Por qué es importante conservar los arrecifes de coral? |
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Forman estructuras tridimensionales que sirven de refugio y zona de alimentación para una gran diversidad de organismos marinos. |
Ayudan a formar y mantener el principal atractivo turístico de Puerto Rico, las playas, ya que sus esqueletos de carbonato de calcio proveen material en la formación de la arena. |
Sostienen la pesca local al albergar especies de alto valor comercial, como el pargo, el mero y la langosta. |
Crean barreras naturales que disipan la energía de las olas, protegiendo las comunidades costeras de la erosión y de marejadas ciclónicas. |
Sirven de barrera física generando olas ideales para el surf, como es el caso de las playas de Rincón, que impulsan la economía local y atraen el turismo internacional. |
Prevenir la degradación de los arrecifes de coral es menos complejo y costoso que realizar esfuerzos posteriores para restaurarlos. |
“Es un permiso nulo e ilegal”, denunció, en tanto, el planificador ambiental Ramón Díaz Zambrana, señalando que el proyecto cuenta con permisos caducados y un deslinde de 1998, cuando el Reglamento 4860 requiere actualización cada cinco años. El también vicepresidente y portavoz de Amigos de Tres Palmas –organización que comaneja la reserva– aclaró que no se oponen al proyecto, sino que proponen modificaciones para no afectar la zona marítimo terrestre.
En Isabela, por ejemplo, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica y el Servicio federal de Pesca y Vida Silvestre recomendaron modificaciones al diseño original de un paseo tablado para minimizar impactos a especies en peligro, como substituir asfalto por madera y modificar la ruta para evitar zonas sensibles, utilizando vías existentes, dijo a El Nuevo Día una fuente con conocimiento directo, que pidió anonimato por no estar autorizada a declarar.
Similar al caso de Isabela, Díaz Zambrana señaló que, al utilizar fondos federales, los proponentes “tienen que cumplir con los estatutos federales de evaluación ambiental, que (en Rincón) no se han adaptado a las condiciones costeras ni al deslinde”.
La ACT y demás agencias concernidas han defendido la legalidad del paseo ciclista y refutado que su construcción provoque daño ambiental por tratarse de un predio, a su juicio, ya impactado.
Corales en recuperación
Caribbean Reef Project, liderado por el ISER, busca restaurar arrecifes de coral en Puerto Rico. Comenzando este verano, Isla Mar y la compañía HJR Reefscaping “sembrarán” 40,000 microfragmentos de coral en Tres Palmas. El éxito de este proyecto dependerá, en parte, de que se mantengan condiciones ambientales favorables para la supervivencia de los fragmentos.
“Es una bendición que tengamos en Puerto Rico recursos naturales tan hermosos”, destacó Harms-Tuohy. “Como comunidad y gobierno, debemos reconocer que estos espacios naturales tienen un valor mucho mayor –en nuestra salud mental, nuestro bienestar colectivo y el de los propios ecosistemas– que cualquier estructura fabricada que los altere”.
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La autora tiene un doctorado en Ciencia del sistema costero-marino, y es fundadora y principal oficial ejecutiva de Mar Caribe Consulting.