Cerca de $50 millones en fondos federales para combatir las enfermedades que transmite el mosquito aedes aegypti, como zika y dengue, están en riesgo si el Fideicomiso para Ciencia, Tecnología e Investigación (FCTI) pierde su estatus de entidad independiente, denunciaron dos fuentes a El Nuevo Día.
Esta inquietud responde a que el FCTI ganó una subvención de $65 millones para cinco años, que el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) le otorgó en 2016 “basándose en la premisa de que el FCTI es una entidad independiente”, alertó una de las fuentes.
Las fuentes, que forman parte de la comunidad científica, temen que, de convertirse en ley el Proyecto de la Cámara 1122, el CDC reconsidere el resto de la asignación. Esto responde, indicaron, a que el CDC buscó expresamente una entidad sin fines de lucro, no gubernamental, para desarrollar la Unidad de Control de Vectores (VCU, en inglés), que el FCTI creó en septiembre de 2016.
De convertirse en ley el P.de la C. 1122, se destituiría a la directora ejecutiva Lucy Crespo y al director de Operaciones Iván Ríos Mena, y se crearía una nueva junta de síndicos nombrados por el gobernador y confirmada por el Senado. Los nuevos directivos tendrían que ser “de la confianza” de los síndicos, según el texto de la medida. Al cambiar de forma escalonada cada tres años, esa “confianza” también sería cambiante.
“Esto aleja al FCTI de la entidad deseada por el CDC para crear la unidad de vectores. Eso está en juego”, alertó la fuente.
De hecho, cuando el CDC escogió al FCTI para su “grant”, hubo críticas de la comunidad médica porque no se le asignaron al Departamento de Salud, esto durante la plena epidemia de zika en la isla.
En ese momento, Crespo explicó que el CDC “eligió al FCTI como sede del proyecto, dado a que es una entidad privada sin fines de lucro con la agilidad que requiere responder a una crisis como esta”.
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